PAZ EN ORIENTE MEDIO !!!
Quiero al pueblo judío (por ascendencia familiar o por mi condición de cristiano protestante); sin embargo no puedo apoyar ningún tipo de acción bélica, aun cuando esté “justificada” bajo el principio de legitima defensa; que en este caso puede que exista. Mas bien le pido al Señor, aquel que SI escogió a los Judíos como su pueblo, que meta su mano. Alguien escribio el siguiente texto. Algunos de los puntos aquí expuestos son de mi agrado, otros necesariamente no los puedo compartir. Lo comparto desde un punto critico e imparcial.
PALESTINA: UN MITO MODERNO CON PÁTINA DE ANTIGÜEDAD
Palestina fue el nombre que le dieron los conquistadores romanos a la región que actualmente ocupan Siria, Líbano,Israel, los territorios ocupados y Jordania. Hace más de 3.000 años, al escapar las tribus campesinas judías de la sequía y la hambruna, instalándose en el fértil valle del Nilo, acabaron finalmente siendo esclavizados por los egipcios. Al liberarse de estos, intentaron regresar a sus tierras que habían sido ocupadas por los cananeos. Para conseguir su objetivo se vieron obligados a guerrear con éstos 200 años hasta conseguir expulsarlos en el año 1.000 anterior a la era común, proceso que culminó con la recuperación de Jerusalén. El Rey David consiguió reunir a las 12 tribus hasta constituir el Reino de Israel, a cuya cabeza gobernó durante 40 años, consagrando a Jerusalén como capital del reino. A su muerte le sucedió Salomón, célebre por su sabiduría y por la construcción del Primer Templo. Su reino se extendió desde el Nilo hasta el Eúfrates, y duró también 40 años. A su muerte el país se dividió en dos reinos, el de Israel con capital en Samaria y el de Judá que mantuvo su capital en Jerusalén. En los siglos posteriores, invadidos por Asirios y Babilonios, los judíos fueron desposeídos, deportados y dispersados, hasta que derrotados sus enemigos, por Ciro, el emperador de Persia, fueron autorizados a recuperar sus posesiones, a volver a sus tierras y a instalarse en Jerusalén, donde iniciaron la construcción del Segundo Templo. Derrotados los persas por Alejandro Magno, los territorios de Judá e Israel pasaron a estar adscriptos a su imperio. 150 años después, Antíoco IV Epifanes saqueó el Templo, prohibió la religión judía e intentó la helenización de su población. Los judíos, al mando de Judas Macabeo, recuperaron Jerusalén en el 164 antes de la era común y restablecieron el estado judío independiente. En el 63 a.e.c. los romanos conquistaron estos territorios, los constituyeron en sus tributarios y designaron en el 40 a.e.c. a Herodes como Rey de los Judíos. La población judía se rebeló contra Roma y en el año 70 de nuestra era, el general Tito, hijo del emperador Vespasiano, reprimió la revuelta y destruyó el segundo Templo. En el 132 los judíos nombraron príncipe a Simón Bar Kojba, quien proclamó la independencia del Estado Judío. Fue derrotado y muerto por los romanos tres años después, procediendo estos a arrasar, incendiar y destruirlo todo, incluida Jerusalén. Asesinaron a 600.000 judíos. El restó huyó o fue deportado con la prohibición de regresar. Sobre las ruinas del Templo construyeron una ciudad, Aeolia Capitolina, designando la región con el nombre de Palestina en honor a los filisteos o filistinos, los tradicionales enemigos de los judíos. En el 395 el emperador Teodosio dividió el imperio romano en dos, cediéndoselos a sus hijos. El de Occidente, co Roma como capital, y el de Oriente, con capital en Bizancio. Palestina quedó bajo el dominio de este último hasta e 636 en que Bizancio (Constantinopla) cayó en poder de los turcos y pasó a estar bajo el dominio del Imperio Otomano. En 1099 los cruzados conquistaron Jerusalén y estableciero un reino con esa denominación, que subsistió 86 años hasta que en 1187 fue conquistada por el Sultán Saladino. Palestina formó parte del Imperio Otomano, aliado del Imperio Alemán y vencido juntamente con este en la Primera Guerra Mundial. En 1916 fue invadida por el Imperio Británico y Francia, que demarcaron fronteras y establecieron estados autónomos para Siria, Líbano (bajo tutela francesa) e Irak y Transjordania (bajo tutela británica). En 1925 crearon Arabia Saudita, otorgándole condición de estado autónomo, haciendo lo mismo posteriormente con el resto de los países del golfo. En el resto de la región se constituyó el Mandato británico para Palestina, hasta que en 1948 las Naciones Unidas repartieron el territorio para la constitución de dos estados, uno árabe y otro judío con igual extensión. A los dos días los judíos proclamaron el Estado de Israel. Los árabes nunca tuvieron intención de crear ningún estado. Sus gobiernos se coaligaron para echar a los judíos al mar y repartirse la región. Así lo proclamaron públicamente. Son mil quinientos millones de árabes y musulmanes, que ocupan el 20% del territorio mundial y sus potentes riquezas petroleras, en guerra ininterrumpida contra escasos seis millones de judíos desde hace 60 años. Y aún así, la propaganda insiste en que los árabes son las víctimas y los judíos los verdugos genocidas. Es la versión moderna de Los protocolos de los sabios de Sión y de El judío internacional, escrito por el nazi norteamericano Henry Ford. Hamás reconoce diariamente que no quiere la paz sino la destrucción de Israel. Por eso ha roto todas las treguas e inmola a sus hombres, provocando al gobierno y al ejército israelí con sus cohetes Kasam, para intentar conseguir los apoyos internacionales que efectivamente está consiguiendo. La matanza más grande de palestinos la consumó Husein de Jordania en el setiembre negro de 1970. Se ignora cuantos muertos produjo la guerra Irak-Irán, pero los cálculos superan el medio millón. Y luego la ocupación de Kuwait por parte de Irak. La total destrucción de Líbano, la próspera Suiza de Medio Oriente, provocada por los refugiados palestinos manipulados por Siria que ha considerado como propios los territorios de Líbano, Jordania y la antigua Palestina. En 1956 Ahmed Chuquein, presidente de la OLP, sostuvo que "Palestina es el sur de Siria". La reivindicación de una nación palestina soberana no surgió hasta la fundación de la OLP en 1964. Su presidencia fue asumida en 1968 por Yaser Arafat. En 1988 el rey Husein de Jordania cedió a la OLP los derechos de los territorios de Cisjordania, que no le pertenecían, de los cuales se había apoderado y que le fueron nuevamente arrebatados al perder la guerra que inició contra Israel. Las cartas orgánicas de Al-Fatah, Hamás, Hetzbollá, Al Quaeda y demás organizaciones de la Yihad Islámica, tienen como objetivo la aniquilación del Estado de Israel, único país democrático de la zona. Pero además las satrapías teocráticas del islam han expulsado de sus territorios a todos los judíos, han destruido sus comunidades y sinagogas con una historia de siglos. No por sionistas ni pro israelies sino por judíos. De la misma manera que prohiben y persiguen todos los cultos religiosos y organizaciones políticas salvo las del islam. En la segunda guerra mundial sus países y gobernantes se sumaron al eje nazi-fascista en contra de las potencias aliadas. Sus objetivos son completar la inacabada obra de Hitler. Los palestinos no son un pueblo ni tienen historia. Han sido una creación de las satrapías árabes para impedir que los judíos pudieran reconstruir su Estado en el territorio histórico que ocuparon los Reinos de Judá e Israel durante miles de años con Jerusalén como capital. Las organizaciones terroristas árabes, así consideradas por la Unión Europea, nunca han querido ni querrán la paz con el Estado Judío, pero tampoco la querrán con el mundo infiel al que todos pertenecemos. Los terroristas de ETA se han entrenado y munido de armas en los mismos campos de> estas organizaciones. Apoyar a Hamás, que en los últimos 8 años ha lanzado 700 misiles contra la población civil israelí, es hacerse cómplices de los que hicieron explotar> las Torres Gemelas y el tren de la Estación de Atocha. Los intelectuales progresistas constituyen fácil presa de las causas que hipócritamente se disfrazan de románticas. Durante 50 años defendieron a las dictaduras militares de la URSS y sus satélites, creyendo honestamente que estaban construyendo un mundo socialista donde lo que había era el más grande campo de concentración de todos los tiempos. Perdidos, desorientados, no recuperados aún del shock traumático sufrido, se aferran ahora a la romántica causa palestina. Palestina y los palestinos son un mito moderno con pátina de antiguo. Un mito destinado a justificar estrategias políticas, económicas y militares modernas, construidas sobre la base de estrategias políticas, económicas y militares antiguas. Esta historia es la historia de los pueblos árabes intentando destruir al pueblo judío para quedarse con sus posesiones, su territorio y su religión. ¿Por qué? Porque se creyeron la macabra broma de que somos el pueblo elegido por dios. Se lo han creído todos y ya no> hay forma de explicarles que ha sido una broma. Ya es tarde . No entienden de bromas ni de metáforas románticas ni poéticas. Si nos inventamos un dios ¿porque no podíamos inventarnos que éramos su pueblo elegido? ¿Porque no os inventais que vuestro dios os ha elegido a vosotros? Y todos en paz. Si La Meca, el Vaticano, las pirámides y tantos otros sitios son más bonitos que Jerusalén. ¿Porque tantos quieren morir para quedarse con Jerusalén que es incuestionablemente e irrenunciablemente nuestra? ¿Porque no podéis dejar a los judíos vivir en paz en un miserable trozo de 20.000 km2 de desierto, después de habernos despojado de todo ese rico resto de región que históricamente nos perteneció y sobre el que reinaron, durante miles de años, nuestros antepasados? Reconozco que la broma de ser el pueblo elegido fue pesada. Nos pasamos. Pero tantos miles de años de persecución es un exceso. Ya está bien.
Juan Pundik.
Wednesday, January 14, 2009
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